
Te quiero
no sólo por lo que eres,
sino por lo que soy
cuando estoy contigo.
Te quiero
no sólo por lo que
has hecho de ti 
sino por lo que está haciendo por mí.
Te quiero
por poner tu mano en mi corazón colmado,
y pasar por alto 
todas las cosas débiles, tontas, 
que eran inevitables
ver allí.
Te quiero
porque tú me estás ayudando a hacer 
de la manera de mi vida, 
no una taberna sino un templo, 
de todos los días, 
no un reproche sino una canción.
Te quiero
porque has conseguido 
lo que nadie 
pudo haber hecho 
para hacerme bueno, 
y lo que ningún destino 
pudo haber hecho 
para hacerme feliz.
Tú lo has hecho, 
sin un toque, 
sin una palabra, 
sin una señal. 


No hay comentarios:
Publicar un comentario