miércoles, 14 de febrero de 2007

San Valentín


No me gusta el día de San Valentín, pero no por el día en sí, que ni me va ni me viene, sino porque tengo la impresión de que me obligan a querer más ese día. Parece que si no se lo demuestras, ese día en concreto, no vale de nada todo lo que hayas podido hacer los 364 días restantes que tiene el año, de nada sirven las caricias de cada día, el respeto infinito con el que tratas al otro, la sonrisa que cada día le regalas, el abrazo que ofreces sin esperar nada a cambio.

No me gusta ver los anuncios en la tele, empalagosos, consumismo puro y duro. No me gusta que me bombardeen en la calle, en la radio, en las revistas y periódicos, mires hacia donde mires te lo encuentras, vayas por donde vayas lo ves, no te libras de ninguna manera. En fin, menos mal que sólo es un día y tiene 24 horas…….

Pobre de ti si se te olvidan los bombones, o las rosas, o el regalo… Pues pobre de él si se acuerda de traerme algo, porque no lo quiero. No deseo que me regale algo un día concreto si después no me demuestra que me ama día a día, estando conmigo, apoyando mis proyectos, compartiendo mis ilusiones, rebatiendo mis razonamientos, comentando sus ideas, siendo cómplices día a día en la aventura de vivir. El amor no se da un día concreto, el amor se alimenta cada día.

A pesar de todo feliz día para aquéllos que sí disfrutan con ello.


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