miércoles, 7 de febrero de 2007

Celos


Es complicado hablar de celos, pues hay muchos tipos de ellos. Los más conocidos, explotados y denostados son los celos amorosos, pero yo me he descubierto celosa de la amistad.

Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de una amistad como la que tengo con mi más querido amigo. Hablo con él a diario, le cuento todas mis penas y alegrías, compartimos vivencias muy especiales e íntimas, tanto como las diarias y superficiales. Existe un enorme respeto y un gran cariño, una comunicación impecable y una confianza a prueba de todo.

Hace unos días me descubrí celosa de que compartiera su tiempo con otra persona. No pensé nada, sólo me sentí mal, sentí por un momento que le perdía, que dejaba de ser lo que era entre nosotros, que alguien usurpaba mi lugar, que me lo arrebataban, que ya no compartiríamos juntos las cuitas del día a día… y dolió, dolió mucho.

Gracias a ese dolor me di cuenta de lo mucho que le necesito, más de lo que ya sabía, y mucho más de lo que intuía. Me di cuenta de que ese tiempo compartido con él es un tesoro y que debo cuidarlo. Me di cuenta de que soy egoísta, y ese egoísmo casi me conduce a la pérdida de algo hermoso. Me di cuenta de que deseo la exclusividad y por tanto restringir una libertad, y no tengo derecho a hacer eso. Me di cuenta de que compartir enriquece.


He reaccionado a tiempo, pero confieso que me he asustado de sentir esos celos. Hoy agradezco haberlos sentido porque me han ayudado a crecer como persona, a conocerme un poco más y a intentar mejorar. Y todo esto con mi amigo al lado, mostrándome que está conmigo, ayudándome a superarlo con su generosidad y cariño.

Nunca dejamos de aprender y eso es madurar.

No hay comentarios: