Ahora sí!

Pues ya está, ya es oficial, el primer cliente está en marcha!!! Sí, ya he empezado, aunque no con el que os dije, sino otro. Y estoy contenta, muy contenta con cómo se desarrollan las cosas. Es el principio de mi nueva etapa, y lo estoy disfrutando.

No os voy a dar la vara estos días, que muchos de vosotros estáis de vacaciones, así que sólo desearos que lo paséis muy bien, y que volváis con ganas de leer y de meditar, porque no pienso dejaros en paz, jejeje.

Feliz Semana Santa a todos los que la celebréis, y a los que no... pues feliz semana!

Otra baldosa amarilla

Pues ya ha pasado, tanta historia, tantos nervios, tanto miedo escénico para nada! Nada en el sentido en que supe desenvolverme, no estaba en el estado de nervios que conozco en mí. Calmada, tranquila, segura, y sabiendo que esto era otra baldosa amarilla del camino. Siendo consciente de que esta persona no tenía ni idea de lo que le ofrecía.

Llegó con diez minutos de retraso, que no tienen perdón, no había tráfico! (Nota 1 - especificar que la puntualidad es básica). Le pregunto si sabe lo que es un asesor personal, el coaching. No tiene ni idea, no sabe lo que es. Le explico claramente lo que es (Nota 2 - explicar lo que es el coaching antes de concertar una cita, evitaremos viajes en balde). Cuando llega el momento de definir su objetivo me dice que quiere doblar sus ingresos (Nota 3 - prepararme mejor para escuchar todo tipo de objetivos). De momento no me siento preparada para el coaching empresarial. Aprovecha la feliz circunstancia para contarme en qué trabaja, y me dice que no sabe muy bien por qué me ha llamado, que tuvo un momento de bajón pero que ya está bien, de lo que me alegro por él. Me dice que se lo pensará, y que me llamará. Sé que no lo va a hacer, pero no importa, estoy muy satisfecha.

Ha sido la primera entrevista, el primer cliente y me he dado cuenta de que me va a gustar, de que voy a disfrutar mucho, pero que tengo mucho que aprender aún. Poco a poco, cliente a cliente, llegaré. Estoy segura.

Mañana

Hubo desencuentro y confusión. Por no ser concisos, claros y precisos no llegamos a encontrarnos. Si todo va bien, aunque ya no sé qué pensar, mañana será el ansiado evento. No volverá a pasar, aprendo que hay que puntualizar todo, absolutamente todo, para que no se produzca otro error como el de ayer.

Os cuento, quedamos en el hall de uno de los mejores hoteles de mi ciudad. Me gusta la puntualidad, considero que es educación básica, y una muestra de respeto hacia el otro necesaria. Llegué puntual, es más, con adelanto. Llamo al cliente para indicarle que yo ya estaba allí. Me dice que está buscando aparcamiento y calculo cinco minutos máximo. Pasa el tiempo, cinco, diez, quince, y pienso en lo difícil que debe ser maniobrar para este hombre, puesto que había sitio de sobra en la zona. A los 25 minutos le vuelvo a llamar, y me dice que está dentro del hotel. Ahí ya me di cuenta que algo no iba bien. Por muy torpe que uno sea aparcando, no tarda 25 minutos largos y también sé que el hombre invisible no existe, por lo que debía estar en otro sitio. Efectivamente, se había ido a otro hotel de la misma cadena en el centro de la ciudad.

Si hacer esperar me molesta, que me hagan esperar me pone enferma. Con toda la serenidad del mundo, pues sabía que ambos éramos responsables de la confusión, yo por no especificar, él por no preguntar, quedamos para mañana viernes, esta vez definiendo el hotel en el que nos veríamos.

En fin, que espero que mañana sea posible el encuentro. Volveré a contaros lo que ocurra.

Cambio de inicio

No es el lunes, sino el miércoles cuando empiezo, pero es lo mismo, estoy igual de nerviosa y de ilusionada.

El miedo escénico ahí está, no puedo evitarlo, pero intentaré que no se me note nada de nada. Convencerme de que si fallo en algo no es grave, que a todos nos pasa, y que reconocer el fallo es mejor que intentar ocultarlo.

Seré yo haciendo por fin lo que deseo hacer y, con toda la seriedad del mundo, intentaré pasármelo bien.

Os contaré!

Deseadme suerte!

Bueno, bueno, quién me lo iba a decir a mí!!!

Si todo va como previsto tendré mi primera entrevista con un cliente el lunes a las 19 horas. No podéis imaginaros la ilusión y el pánico tan grandes que tengo. A pesar de haber preparado las cosas, no se me había ocurrido pensar que fuera tan pronto, si apenas he repartido dípticos aún.

Pero no importa, voy a por todas, a convencerle de que le puedo dar lo que necesita. Y, por encima de todo, a darle lo mejor de mí en este trabajo. Para los que no os acordéis, el trabajo es de coach personal, ya lo especifiqué en alguna ocasión.

Pues eso, que me deseéis suerte, que el trabajo lo pongo yo!!

Merece la pena

Cambiamos? La vida cambia? Mejora? No estoy segura del todo, sé que sí, que a la larga es que sí, pero también sé que mientras llega genera más dolor. Dolor de distintos tipos, el materno al ver que mi hijo no mejora, que no cambia, que parece que va a peor, y no poder hacer casi nada. Dolor al sentir que no me quiere, dolor cuando no entiende que estoy para él, aunque no esté con él.

Dolor emocional cuando veo que Él no avanza, que no da pasos reales. Sigo con mi fe, o con mi esperanza o con mi apuesta, no sé ya muy bien lo que es. Lo que es peor, no se lo que me durará, no se puede vivir eternamente un sueño ni esperarlo de la misma manera.

Dolor ante los imprevistos de la vida, o quizá son previstos, que te van dejando un poco más sola y te hacen plantearte lo efímero que es todo.

Y ante tanto dolor, mantener la sonrisa, no perder la esperanza, seguir siendo fiel a mí misma, seguir dando vueltas a las cosas, seguir aprendiendo, seguir deseando cambios, mejoras, renacimientos, consolidaciones, y luchar y pelear por ellos.

En fin, que a pesar de todo la vida merece la pena vivirla, incluso con el dolor que nos ofrece. Y hay que seguir intentándolo con todas nuestras fuerzas.