jueves, 28 de marzo de 2013

La sonrisa etrusca




Uno de mis escritores favoritos (tengo muchos) es José Luis Sampedro, he leído varios libros de él, todos distintos en cuanto a temática y  época, pero en todos un denominador común, el amor, la ternura, la entrega,…  Hoy he terminado “La sonrisa etrusca”, me lo regaló hace tiempo una buena amiga y he tardado mucho en leerlo, a trozos, disfrutando de él:

“Un viejo campesino calabrés llega a casa de sus hijos en Milán para someterse a una revisión médica. Allí descubre su último afecto, una criatura en la que volcar toda su ternura: su nieto, que se llama Bruno, como a él le llaman sus camaradas partisanos. Y  vive también su última pasión: el amor de una mujer que iluminará la etapa final de su vida concediéndole toda su plenitud.”

Ésta es la historia que narra, y nos seduce cuando nos hace partícipes de la evolución ante el descubrimiento del otro, de los otros, ante la emoción de la entrega y del amor, siendo conscientes de cada paso. Y ahora os dejo dos pequeñas gotas de lo que encontraréis en el libro, y que espero os anime a leerlo:

“No es un matorral ardiendo; sino un manantial para siempre. No hay sed que no apague”

“Y los silencios lo cantan todo, son la vida entera de cada uno resucitando, reconstruyéndose y requiriendo a la  otra para completarse; son las existencias de ambos abrazándose en un trenzado de anhelos y esperanzas. Por eso tras de cada silencio fluyen las revelaciones…”


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