jueves, 17 de abril de 2008

Ley de vida


Es ley de vida que los mayores desaparezcan. A veces nos creemos que son inmortales, pero no, llega el final inexorablemente. Algunas veces, incluso es lo mejor para todos, para la persona enferma y para la familia. Ese ha sido mi caso.

Mi madre murió el día 12, y la tristeza me llena. También la paz de saber que por fin descansa. Tras muchos años de cruel enfermedad, aquélla que destruye pero no mata, la que borra memorias y sentidos, la que convierte a las personas en seres que no son, el Alzheimer, ahora, tras su muerte, vuelve a ser lo que era en mi recuerdo, una mujer luchadora, que nos sacó adelante a mis hermanos y a mí, viuda muy pronto, que no perdió la entereza nunca, que peleó por nosotros sin descanso. Esa imagen es la que ya vuelve a emerger en mí.

Durante estos años (diecisiete de enfermedad, ocho sin ser ella), muchas veces me he planteado hasta qué punto merece la pena dejar sufrir a un ser humano de esa manera. Qué sentido tiene alargar la vida al que ya no es. Qué sentido tiene pelear por lo que nunca volverá a ser. Es irreversible. Merece la pena entonces?

Sé que es difícil de escribir y de entender. Así pues, de momento me quedo aquí. Mi dolor no me deja ver con claridad lo que deseo expresar. Lo haré más adelante, cuando esté calmada. Estos días estaré en Madrid, volveré en una semana, más o menos.

Besos a todos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dama un beso. césar

Gabrel dijo...

Un beso, Gabrel y ona{JV}

Anónimo dijo...

Muchas gracias, César, Gabrel y ona{JV} por vuestro cariño.

Ya estoy de vuelta, la vida sigue...