Paciencia (Del lat. patientĭa).
1. f. Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse.
2. f. Capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas.
3. f. Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho.
Hay cuatro acepciones más, pero no vienen al caso, así pues, en vista de lo visto, yo no soy muy paciente. Y me gustaría serlo, pero conscientemente, no porque la vida y las circunstancias me obliguen a ello.
Sí es cierto que los años nos hacen menos impacientes. Nos enseñan a que no es cuando queremos, sino cuando se debe, y bueno, esperas el tiempo que pueda o deba ser adecuado. Pero a veces, no puedo, no quiero esperar. Y cuando me encuentro en ese estado de no querer esperar, puedo llegar a desesperarme porque no llega.
En mi impaciencia soy paciente, me la doy por tramos. Deseo algo, quiero algo, no puedo tenerlo, espero… me impaciento, comienzo a desesperarme y en ese momento soy consciente de lo que estoy haciendo, es decir nada bueno para mí misma, y le doy un gran bocado a la paciencia, me vuelvo a alimentar con ella, y así una y otra vez.
Soy impaciente, en el amor lo soy sobremanera. Deseo que me amen y sobre todo, deseo amar. Y resulta que es el sentimiento que más paciencia reclama, el que más tranquilidad necesita para poder llegar, aflorar e instalarse.
Es que hoy lo echo de menos, mucho, y me impaciento!!! Pero bueno, me sentaré a esperar pacientemente (que no inactiva) que sea el momento adecuado. Seré capaz?
1. f. Capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse.
2. f. Capacidad para hacer cosas pesadas o minuciosas.
3. f. Facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho.
Hay cuatro acepciones más, pero no vienen al caso, así pues, en vista de lo visto, yo no soy muy paciente. Y me gustaría serlo, pero conscientemente, no porque la vida y las circunstancias me obliguen a ello.
Sí es cierto que los años nos hacen menos impacientes. Nos enseñan a que no es cuando queremos, sino cuando se debe, y bueno, esperas el tiempo que pueda o deba ser adecuado. Pero a veces, no puedo, no quiero esperar. Y cuando me encuentro en ese estado de no querer esperar, puedo llegar a desesperarme porque no llega.
En mi impaciencia soy paciente, me la doy por tramos. Deseo algo, quiero algo, no puedo tenerlo, espero… me impaciento, comienzo a desesperarme y en ese momento soy consciente de lo que estoy haciendo, es decir nada bueno para mí misma, y le doy un gran bocado a la paciencia, me vuelvo a alimentar con ella, y así una y otra vez.
Soy impaciente, en el amor lo soy sobremanera. Deseo que me amen y sobre todo, deseo amar. Y resulta que es el sentimiento que más paciencia reclama, el que más tranquilidad necesita para poder llegar, aflorar e instalarse.
Es que hoy lo echo de menos, mucho, y me impaciento!!! Pero bueno, me sentaré a esperar pacientemente (que no inactiva) que sea el momento adecuado. Seré capaz?
5 comentarios:
Me imagino tus ojos, tus manos, me imagino tu boca diciendo ven. te imagino serena, te imagino capaz.
Mucha imaginación es ésa! Capaz de qué? Si no viene nadie, jeje.
Y lo feliz que me haría saber quién me escribe estas cosas!!
Besos para tí y tu imaginación.
Aquí estoy. Atado al ordenador. Mira mis manos, mira como se dirigen al teclado, y desgarran el espacio hasta encontrarte.
Da otro paso más, esa es la vida, andar pasito a pasito. Qué encuentran? Palabras. Las palabras encantan, ilusionan, seducen, atraen, motivan, mueven, hacen soñar...
Me gustan las palabras, mucho, pero más las realidades.
Besos por las ondas
Me siento muy identificada con tu post., yo diria q demasiado, es q requiere de tanta paciencia aprender a amar!....Te invito a pasarte por mi blog http://johanazuluaga.blogspot.com/
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