martes, 1 de abril de 2008

Fuera lastres!


Lastre: Quizá del germ. *last, peso; cf. a. al. ant. last).
1. m. Piedra, arena, agua u otra cosa de peso que se pone en el fondo de la embarcación, a fin de que esta entre en el agua hasta donde convenga, o en la barquilla de los globos para que asciendan o desciendan más rápidamente.
2. m. Juicio, peso, madurez. No tiene lastre aquella cabeza.
3. m. rémora (‖ cosa que detiene, embarga o suspende), impedimento para llevar algo a buen término.


No sólo las embarcaciones o los globos tienen lastre, el ser humano también. Nuestros lastres son de muy diferentes tipos, tantos como personas hay, podríamos decir. Pueden ser pensamientos, acciones no hechas, emociones contenidas, palabras no dichas, mentiras, injusticias cometidas, amistades abandonadas, familiares olvidados,…

Todos los “hay que…” (lastres comunes) o los “tengo que…”, (lastres personales), nos impiden avanzar, crecer, evolucionar y sobre todo, nos roban un tiempo precioso para poder hacer otras cosas, porque no nos dejan pensar más allá de ellos, nos nublan y pesan.

Cuántas veces hemos estado tiempo y tiempo pensando en lo que tendríamos que hacer, y a medida que transcurre, ese “tengo que… ordenar papeles”, por ejemplo, se convierte en una tarea inmensa, porque se han acumulado de tal manera que nos supera. Cuando por fin nos decidimos a hacerlo, nos lleva tiempo, nos pone de mal humor y nos agota, pero al terminar, qué alivio! Se terminó el lastre, de pronto nos sentimos más ligeros, más animados, pletóricos, con fuerza para emprender otras acciones.

Pero no pensamos en que si ordenáramos, a medida que llegan, los papeles, esa sensación sería continua, y no nos bloquearía la mente, ni perderíamos tiempo en pensar en ellos, y podríamos dedicarlo a hacer otras cosas más placenteras o nuevas, prestando toda nuestra atención a ellas y por tanto disfrutando más.

Confieso que tengo lastres sin soltar aún. Ya me he quitado muchos, todavía quedan, pero van siendo menos. Lo mejor, estar convencida de que funciono mejor sin ellos y la sensación de disponer de mi mente entera para otras cosas. Qué me queda? Hablar con mi hijo, recuperar ciertas amistades, perder ciertos kilos, y alguna que otra cosilla que ronda por ahí, pero creo que eso es lo más importante ahora.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te echaba de menos aqu�. Me alegro del regreso pero sobre todo, me alegro de tu decisi�n de soltar lastre. Feroz palabra para el espiritu, para la felicidad. Un beso Dama.

dama_serena dijo...

Así es, feroz sensación para el espíritu, es lo que nos impide avanzar muchas veces. Y no nos damos cuenta porque no le damos la importancia que merece a veces.
Gracias por estar.

Besos...?