Han sido días complicados, en Irlanda mi hermana malita, nada grave, pero debiendo guardar reposo. Lo positivo de ello es que, al no poder salir de casa, hemos hablado como nunca. Y lo que dan de sí cuatro días!!!
Hemos hablado de todo lo imaginable, y parte de lo inimaginable... Me ha gustado mucho hacerlo porque nos hemos acercado más aún, y nos hemos dado cuenta de que los recuerdos de las vivencias comunes son tan distintos que, a veces, debíamos confirmar que era el mismo suceso. Se que es así, que cada uno cuenta la feria según le va en ella, pero no deja de ser sorprendente comprobarlo.
Estos días han sido también duros por alguna desaparición familiar, ya previsible por la edad, pero no por ello menos dolorosa. Todo junto me hace pensar en lo efímero que es todo. En lo mucho que luchamos y que muchas veces no es importante. Me replanteo posturas personales y me reafirmo en mis principios y en mis ganas de vivir, sin olvidar que en cualquier momento todo puede acabar. Por eso precisamente, porque puede ser en cualquier momento, me propongo ser aún más sincera conmigo misma, intentar evitar lo muy superfluo y disfrutar de lo que la vida me da.
Intentaré resolver lo que tengo pendiente, que es mucho aún y volveré a abrirme a la ilusión y la esperanza. Por cierto, no he visto ningún duendecillo, pero sí he visto arco iris maravillosos con todos sus colores, que ayudan a que la ilusión y la esperanza no se acaben.
No hay comentarios:
Publicar un comentario