
Al llegar se ve el magnífico puente que da acceso a las construcciones, llegamos a él y pasamos por la puerta que guarda y protege la entrada al pueblo, como si de dientes agudos y fuertes se trataran, no sólo protege sino que esa "rejilla" parece vigilar a los turistas al entrar.

Me llamaron poderosamente la atención estos tres arcos distintos y juntos. Es un motivo que intentaré plasmar en un cuadro algún día. De arquitectura no entiendo nada, pero me pareció muy intersante.


Y por otro lado, el Mueso de Miniaturas, que es interesante y sorprendente, fijaos en los detalles de esta sombrerería… Y, aunque no tengo foto, una de las que más me ha gustado, es ver doce camellos en fila llegando a un oasis con palmeras, todo en el ojo de una aguja. Por supuesto se mira con microscopio. Increíble!!
Espero que si alguna vez tenéis la oportunidad, no dejéis de ir a visitarlo, merece la pena. Si queréis más información, aquí y en este enlace la tenéis con detalle.
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