Hoy quiero felicitar a mi hija, cumple 17 años. Es una niña preciosa, en todos los sentidos, pero quizá debería decir hermosa, bella. No sólo porque es guapa, sino porque su corazón es bellísimo.
Se que me diréis que es amor de madre, que por supuesto lo es, pero es una realidad también que no se puede negar, es evidente... Siempre con la sonrisa puesta, dispuesta a echar una mano, a ayudar al que lo necesita, a perdonar, a reír, atenta a los demás, confiada pero no tonta, sabiendo siempre estar donde debe, sabiendo cuidar de sí misma.
Tiene un futuro inmenso delante de ella, y poco a poco se está convirtiendo en una bella mujer, a la que quiero con toda mi alma....
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