Hoy ha muerto un amigo mío, querido, apreciado, y valorado por mí. Entre otras cosas era mi abogado, y el marido de una amiga. Hoy al llegar al hospital para verle, sabiendo que estaba muy mal ya, y que sería inminente, me lo he encontrado ya muerto. Su mujer está destrozada, sus hijos también, y todos los que le queríamos sufrimos por su pérdida, que no por él, puesto que ya dejó de sufrir. Tenía 51 años, era aún joven.
Tema manido, la muerte, por todos hablado, por todos pensado y alejado, pero no por ello voy a dejar de escribirlo.
Vivimos dos días, y los malvivimos, desperdiciamos mucho tiempo en quejas, en trabajar de más, en no disfrutar de todo lo que tenemos, en añorar lo que no tenemos o lo que posee el otro. Perdemos la vida en desear y no vivimos nuestra realidad, sea la que sea. La capacidad de disfrutar de la vida la tenemos todos, desarrollémosla, dejemos que nos llene y seamos felices, con esos pequeños momentos que todos tenemos. Con lo importante y lo banal, con lo profundo y con lo ligero, con los sentimientos y las emociones, con todo lo que nos pone al alcance de la mano.
Hace unas horas me desahogaba con un amigo querido por mí, le decía que debemos cambiar ciertas actitudes ante la vida y la manera de vivirla. Y me hago el firme propósito de llevarlo a cabo. De vivir lo que deseo vivir, de tener lo que deseo tener, de disfrutar todo lo que pueda, siempre con respeto y sin dañar, pero con mi libertad.
Sí, mil veces se dice, mil veces se piensa, pero sólo una se hace, VIVAMOS.
Tema manido, la muerte, por todos hablado, por todos pensado y alejado, pero no por ello voy a dejar de escribirlo.
Vivimos dos días, y los malvivimos, desperdiciamos mucho tiempo en quejas, en trabajar de más, en no disfrutar de todo lo que tenemos, en añorar lo que no tenemos o lo que posee el otro. Perdemos la vida en desear y no vivimos nuestra realidad, sea la que sea. La capacidad de disfrutar de la vida la tenemos todos, desarrollémosla, dejemos que nos llene y seamos felices, con esos pequeños momentos que todos tenemos. Con lo importante y lo banal, con lo profundo y con lo ligero, con los sentimientos y las emociones, con todo lo que nos pone al alcance de la mano.
Hace unas horas me desahogaba con un amigo querido por mí, le decía que debemos cambiar ciertas actitudes ante la vida y la manera de vivirla. Y me hago el firme propósito de llevarlo a cabo. De vivir lo que deseo vivir, de tener lo que deseo tener, de disfrutar todo lo que pueda, siempre con respeto y sin dañar, pero con mi libertad.
Sí, mil veces se dice, mil veces se piensa, pero sólo una se hace, VIVAMOS.